El proceso de rutina de escoger lo que quiero mostrar al
mundo por el día fue más confuso de lo normal. El vestido negro con bordado
blanco que parece español fue mi primera opción… muy abierto de arriba y muy
forzado el intento de seguir el código de vestir de los judíos.
- “No debe parecer disfraz” repetía en mi cabeza, “si he de
buscar a Dios debo ser yo misma”.
Todas las opciones parecían incorrectas. Después de todo,
debe ser comprensible la dificultad de escoger como se va a recordar un día de
semejante importancia!. Es el primer Sábado libre que tengo desde hace un año
cuando empecé a trabajar en la tintorería. Justamente ayer hace un año fue mi
primer día de trabajo. En realidad, el Sábado pasado habría sido el primero que
tendría libre pero la tarde anterior me pidieron que trabajara dejando a hoy el
honor de estrenar mi libertad de fin de semana.
Finalmente salí corriendo al servicio al que fui invitada
como “gentil” por judíos mesiánicos a los que les escribí buscando aprender
más; después de todo que mejor fuente que el pueblo de Dios que reconoció al
mesías a quien llamo ‘Padre’ y reina en mi vida. Hoy fue mi primer Yum Kippur.
Fuera de buscar en libros o internet lo que esto significa,
mi corazón abrazó lo que experimenté cuando logré encontrar el lugar y tomar un
asiento en la esquina, al lado de un judío que tenía puestos su kipá y talit.
El servicio ya había empezado y el judío a mi lado acercó su Biblia hacia mi y
me señaló lo que el rabino leía.
Vi a mi alrededor, y me encontraba con el pueblo de Dios;
leyendo su Palabra junto con ellos y reconociendo a Yeshua como su único hijo y
nuestro salvador. Los nombres es la Biblia estaban en hebreo, lo mismo que las
letras de las canciones que traté de seguir sin mucho éxito.
Invierto horas al día buscando conocer la historia del
mundo, de Israel, y tratando de comprobar la veracidad y precisión de las
historias que nos cuenta el antiguo testamento. Leo y escucho en videos a los
mismos judíos contar su versión de los hechos; con insistencia busco la verdad
y con respeto escucho al mundo bajo la luz de la Biblia.
Ayer cuando salí de trabajar tomé el metro y como todos los
momentos en los que me traslado de un lugar a otro, aproveché para conocer más.
En esta ocasión aprendo de un historiador judío que describe el judaísmo en
Europa antes, durante y después de las guerras mundiales. Estaba frustrada
porque el ruido del tren y de la gente no me permitían escuchar con claridad.
El tren hizo su parada, se apagó y reinó el silencio. No había luz en la zona y
sin luz no podía avanzar. Sonreí, me puse mis audífonos y volví a lo mío.
Cuando levanté la vista vi a un judío.
- “Ortodoxo seguramente” juzgué en silencio por su
vestimenta, “alto, imponente sin serlo,
serio, con lentes y barba que por alguna razón no refleja abandono sino sabiduría.”
Me impresionó como una persona entre cientas logra
distinguirse de esa manera, como es evidente que no es como los demás, aún en
este mundo donde lo extravagante es normal y lo grotezco rutina… nada es raro
ya, y sin embargo hay algo que los separa e incluso provoca la pregunta: qué
hace un judío en este lugar? Diario uso el tren y esta escena no es normal.
Llegó la luz.
Siento gran admiración por el pueblo de Dios; también gran
dolor porque no lo reconoció. Su pueblo escogido no lo reconoció…
Hoy sentada entre ellos, escuchándolos cantar a ‘Yeshua’,
supe el privilegio que era haber tenido ese asiento. Considero la escritura la
herramienta que con facilidad me delata; hoy no tengo palabras que describan el
temblor en mi corazón.
Declaran: “Yeshua the messiah for both, jewish and gentiles”
[‘Jesús, el mesías de ambos, judíos y gentiles”]. Nunca me habían llamado ‘gentil’… me sentí especial
de ser llamada con un término que solo había escuchado en la Biblia misma.
Las estadísticas que he leído adquirieron sentido: leyeron
la parte de la Biblia donde dice que si hemos de ayunar, que sea dejando de
hablar mal de los demás, compartiendo con el necesitado y liberando al esclavo.
Ahora entiendo porque los judíos han logrado repetidamente levantarse como
comunidad: después de la guerra, cerca de 1 millón de refugiados judíos fueron
apoyados por otras comunidades judías. En muchos casos, la mitad de la
población eran refugiados sin hogar, pertenencias, ingreso u oportunidad, y sin
embargo la otra mitad de la población aportó lo necesario para que funcionaran
como sociedad.
Acaso es siquiera imaginable que en la sociedad en la que
vivimos en el presente, llegara un día cualquiera una cantidad de gente igual a
la población, pero sin pertenencias y que nosotros compartiéramos lo que
tenemos con tal de no darles solo limoznas sino realmente salir adelante
juntos?
Sentada entre una de las razas más educadas del planeta
entero, escuchando en sus voces llamar ‘Abba’ a quien amo y obedezco, me siento
tan pequeña, tan consentida y tan enamorada de aquel que me ha amado desde el
comienzo.
En el día en el que nos manda abstenernos de trabajar con la
única intención de reconectarnos con Él, en el día en el que nos purificamos
para empezar bien el año de acuerdo a su calendario, es curiosamente el primer
Sábado que tengo libre después de un año.
No comments:
Post a Comment