Anoche Dios me recordó que esta ahí.
Todavía no sé porqué me honra al dejarme
escuchar su voz... su amor es incomprensible ... sublime.
Esta vida es de lucha, las emociones se
atraviezan, toma fuerza. Pastor Ricardo me advirtió: debo ver a Dios, mantener
la mirada en la meta, llegar a casa. Llegar con mi Padre y en el camino hacer
una que otra cosa por gusto y vivir de forma que sonría cuando me vea.
Soltar a la gente es quizá el reto más grande
para mi. Tengo tanto que aprender pero Dios tiene todo bajo control y me está
moldeando. Lo quiero mucho. Le debo todo.
Parecería que con Dios todo es simple. La
realidad es que seguir a Dios implica lucha y sacrificio constante, pero la
recomensa es grande. El mundo es vanidad... eso dijo mi Padre en el cielo.
Los colores son mi debilidad, el mundo está
lleno de colores y quiero renunciar a este mundo. Vivir al máximo implica darse
gusto también pero no debo olvidar que estos colores son solo vanidad.
Hoy soy nueva, hoy quiero ser más fuerte y
paciente. Hoy soy más sensible y menos emocional. Quiero sentir la sabiduría de
Dios en mis venas, en cada palabra. No puedo esperar a ver qué tiene hoy para
mi.
Hija del Rey, Señor de los ejércitos, Jehová que
todo lo puede, y habla conmigo en las noches...
...porque quiere...